«El mundo existe para llegar a un libro», escribió Mallarmé y lo inmortalizó Borges en uno de sus artículos. La metáfora no puede pasar desapercibida en un momento en que la historia solo existía si se leía en un papel. La nueva metáfora, el resumen de nuestros días, una metáfora más fría y menos sublime, podría ser que el mundo existe ahora para llegar a un iPad. Recuerden ahora que podemos guardar información en cadenas de ADN. Mientras vivimos esa transición, aquí un mosaico del lado místico de los libros, esos objetos que se ven más extraños con el paso del tiempo pero aún maravillosos. Y que diez fotógrafos de Flickr nos revelan lo que también nosotros sentimos cuando tenemos un libro en manos.